lunes, abril 21, 2008

Bendita Niñez



Estuve pensando en la niñez, en mis historias de niñez, en como me encantaba ir a la FISA para que me comprarán el último grito de la tecnología a bajo costo, esas cosas que salían de ahí, como los neones tan amados por la tribu pokemona, esos que movías e iluminaban con ese brillo verdoso espacial tu habitación, sólo por una maldita noche, cosa que no nos contaban cuando lo vendían.
O de los interminables viajes a la costa, en esa época para mi tres horas a Maitencillo incluyendo la cuesta El Melón eran una travesía, hoy el tiempo del mismo viaje se redujo a dos horas. Pero esas tres guardaban un magnífico encanto que sólo hoy rescato, las canciones que cantábamos así literal “Todos Juntos”, las canciones de las Alturas del Machu Pichu de Los Jaivas, eran por esa época el deleite musical de mis papas, que sellaban la llegada junto a mis tíos con un asado, mientras desarmábamos maletas y sentíamos ese olor a humedad marina en todos los rincones de esa casa, la casa de la tía Kena y el Tío Julio.
La vida para mi era simple, mis preocupaciones se centraban en conseguir las monedas para ir a jugar en los fliper's, lo reconozco, siempre tuve una personalidad adictiva, por lo que juntaba monedas caídas, pedidas, encontradas, etc, etc. Todo ¿Para qué?, para jugar al Phoenix hasta matar cien veces a la maldita araña mecánica.
Recordé de repente que mi primer amor era de papel, si, mi primer amor fue un dibujo animado, sabía eso si que lo era, y tuve mis primeras melancolías pensando sólo en como mierda no lo podría encontrar porque era un “monito”, un ser inexistente más allá de la pantalla. Confesaré que se trataba del Capitán Futuro, que veía sagradamente cada mañana antes de irme al colegio, porque en aquella década ochentera los niños iban a clases en la tarde. Recordé que el mentado usaba un traje blanco apretado y que tenía una cabellera anaranjada, una risa hermosa y una voz oscura, que si continuara con esos gustos hoy día tendría que ir a buscar novio a la Bunker. Que la serie era surrealista a rabiar, que contaba en su reparto con un sujeto que podía simular ser otras personas y una mina desquiciada e histérica cumplía la labor de antagonista, que la banda sonora me encantaba y me la sabía de memoria y que no encuentro el momento exacto en que pude superar la perdida de mi primer amor y deje de buscarlo en Pipiripao.
Lo cierto, es que me acordé que comer un pan con queso y tomate, sentada frente al televisor era para mí la más grande de las maravillas. Que amaba a Terry de Candy y que jamás me gustaron las Barbies, porque no se parecían en nada a mi, y que si me gustaban las muñecas que semejaban una bebe, así las mudaba y les daba papa, luego las olvidaba por meses hasta que mis amigos de la cuadra me invitaban a jugar al papá y la mamá de nuevo. Todos armábamos (como grandes arquitectos en el medio del patio de mi casa, único lugar en donde jugábamos sin que nadie nos retara) con cajas de bebidas, tablones, cartón y sábanas, casas hasta con desniveles, living, comedor y cocina, lo más importante eso si, era la pieza, allí encargábamos los hijos, nada de otro mundo, un beso con el Cristian de la vuelta nos convertía en papás inmediatamente. Luego me ponía unas blusas arrugadas en la panza y me hacia la regalona, jajaja, que loca!.
Después venía el parto y la llegada del bebe, ahí toda la gracia se terminaba para mis amigos hombres, y nos quedábamos las chicas mudando y haciendo tortas de tierra!...
Hoy recordé con todo esto, que mi niñez fue maravillosa, que tengo mil recuerdos más y me dieron unas ganas locas de agradecerle a mis padres varias cosas, gracias por dejarme jugar y embarrarme, gracias por regalarme juguetes tan bellos, gracias por creerme cuando les dije que debajo de la tierra vivía gente, gracias por dejarme manejar imaginariamente mi bus en el patio sin reírse –¿o si lo hacían?- gracias por dejarme ser niña y no arrebatarme ese lugar!.

Perséfone.

lunes, abril 14, 2008

Santiago



Monte mis botas que de tan viejas lanzan un grito de estilo donde van, me puse el abrigo color rubí y pinte mis pestañas para que lastimaran suavemente a quien osara acercarse más de la cuenta. Salí a caminar por Santiago otoñal, el viejo Santiago de paredes gastadas y oscuras, grises de polución desvergonzada, recorrí las vueltas que di, como un hábito de recompensa con mi historia.

Me sentí libre como antes, cuando de escolar solitaria recorrí cada costado, cada boliche y restaurante, cada tienda y esquina, cada café con historia y museo abandonado en los 80’. Me sentí libre porque descubrí -así de golpe- que siempre lo he sido, que cuando apretaron más de la cuenta mis palabras y mi gesto, corrí lejos hasta mojarme en la lluvia y dejar que todo se perdiera atrás.

Abracé a modo de olvido, cada ser que estuvo en mi vida y perdí en los trenes que nos separan de las muertes, porque guardo muertos que yacen vivos y no lo saben…

Cansada de tanto buscarme, me hallé al atardecer jugando como de cinco pequeños años, con mi padre de la mano, con tanta inocencia y futuro como vacío siento hoy… y me amé locamente, y me di abrazos y besos hasta tragarme, y sentí -que no he perdido ni un ápice de mi- que sólo se alargaron mis brazos y piernas y un poco, lo que sé…

jueves, abril 10, 2008

Siempre la verdad.



Me pregunté una semana si debía decirlo, me pregunte una semana si estas cosas se cuentan, si uno debe resguardar las construcciones e imágenes que se esperan, pero lo cierto es que jamás fuí de avergonzarme de lo que soy... Me despidieron de mi trabajo por unas fotografías que un decente compañero, sacó de mi PC. Unos desnudos que Christian tomó hace algunos meses en el living de mi departamento, si bien bajé las imágenes en un disco, para resguardar lo que llaman "privacidad", las mentadas imágenes estuvieron allí unas semanas, mi idea de los desnudos no es otra que esa, es un cuerpo desnudo y ya, nada más que eso, además en ella no aparezco teniendo sexo explícito, en realidad no aparezco teniendo sexo con nadie, sólo es mi cuerpo, pero el muy puto las paso de compañero en compañero, los que por su reducido mundo mental sólo vieron ahí lo que les enseñaron a ver, "suciedad". Ya estoy más tranquila, pensando en la demanda civil, ya hice lo que debía en la Inspección del Trabajo, porque en realidad este lugar no era muy distinto de cualquier empresa de Chile, querían que firmara un contrato a última hora, que decía que jamás cumplí horarios, que no respondía a jefe alguno, sin pagar mes de aviso ni nada!!! No accedí, retienen hasta el día de hoy mi sueldo, de eso ya va una semana, pero todo me da igual, no le tengo miedo a la vida, menos con todas las capacidades intelectuales y humanas que guardo. Sólo una cosa aprendí y creo que muy tarde!!! Nunca guardes nada tuyo en el PC de la pega, por mucho que creas que las personas que te rodean y palmotean tu espalda cada mañana, las mismas a las que más de una vez cuidaste con algún detalle, son personas "Decentes", porque no sé si mostrar el cuerpo en unas fotos te convierta en "Indencente", no sé si enterarme que la persona que vio esas fotos, para deliberar si lo era o no ¿es o no decente?, el problema de este tipo de hechos es: Que nos enseñaron en casa por decencia.



Pd: Gracias a todos por estar a mi lado, a todos mis amigos, no faltó ni uno sólo, me han dado cariños y ternuras, preocupacíón y abrazos, después de quedar por unos días en el suelo, ya estoy mejor, limpiando la ropa y levantándome nuevamente.

Christian mi amor, Panchito, Hernán, Roberto, Marcela, Pamela, Elizabeth, Gustavo, Edith, etc, etc. Gracias a todos por el tiempo y el amor. A mi hija, gracias por el apoyo bebe, con tu hermosa frase ¡Mamá ya sabes que saldremos adelante! me haces salir de todo. A mi madre y hermanos, perdón por no contarles, pero sé que con estas cosas sufren conmigo y necesito estar bien primero.