Y la mía nunca se ha ceñido al tiempo
Leyes inventadas con un vaso de cerveza y el desamor anidado en el corazón
Y que puedo yo hacer
yo que nací sin ganas de luchar y siempre acabo en guerras
y cargo decenas de heridas que no hablan
y las alarmas no funcionan cuando el peligro acecha
porque nunca escuché al miedo burlón en mi oído
Y tu mano tropieza con mi boca y me pides un beso
Mientras camino despistada entre canciones y muebles
Y te cuento que no puedo controlar estos mares aquí dentro
Que no quise aprender mañas de soldado inválido
que nací bajo el arcano de la muerte
y que todo en mi vida ha estado regido por las mutaciones
y me pides calma, mientras enredas tu mano en mi pelo y yo hago lo propio en el tuyo
y te quedas como escondido
enterrado en mi pecho, asustado, como escapando del afuera
descansando en los brazos que nadie te aconseja.
Perséfone