sábado, marzo 21, 2009

El beso




En la ducha, mientras lavaba mi pelo, aparecieron uno a uno los besos que he recibido, desde el primero hasta hoy. La ternura torpe de los besos infantiles, esos que te roban y tapas tu boca en un acto reflejo. El beso absoluto, cuando las hormonas lo dominan todo, enviando estallidos de información a cada centímetro de la piel, revolucionando el sueño y el hambre, hipnotizado lo revisas una y otras vez.

Mientras el jabón flotaba en cientos de burbujas de diferentes tamaños, en medio del pacífico vapor aparecieron aquellos que el tiempo no roba. Besos suaves y sutiles, de esos que erizan la piel lentamente, como una flor al sol, tibio. Recordé besos infinitos, tanto que acabé con los labios encendidos e hinchados. Apasionados, alocados, que dejan tu pelo revuelto y tus ansias también, perseguidos en las calles, besos mordidos, rabiosos, sudorosos y mojados.

Pero hay besos que traspasan cada fibra, y te elevan tan lejos que ya no quieres regresar y cierras tus ojos para el viaje, y crees que eso permanecerá intacto...



Perséfone

2 comentarios:

morris dijo...

besos de agua
oie te ha pasado que sueñas que te besas con alguien pero no sabes quien es, pero es muuy ricoo? jajaja
me ha pasado...que ricos son los besos robados
saludos

Claudia Trejos dijo...

Siiiiiiiiiiiiiii!!!! jajajaja, uno despierta como embobado, extasiado y eso que fue un beso, esos son del tipo que señalé al final del escrito, estas ahí y no quieres regresar!!!!
Que gomanticoooooo!
Saluitos