miércoles, marzo 11, 2009

Misterios rotos


Hace ya tiempo que no publicaba nada, no podía escribir y creo que aun no puedo, pero me obligué al esfuerzo para salir de la sequía literaria.

Estuve conversando acerca del realismo mágico propio de la percepción infantil, le llamamos a esto realismo mágico, pero creo más bien es la visión real antes de la ceguera que entrega la desilución.
Cuando era a penas una infante de seis años, recorría asombrada los rincones de la casa de mis abuelos paternos, una casa llena de jardines, pileta con pescaditos y gruta de la Virgen de Lourdes. Dentro de la casa unas vitrinas dejaban ver docenas de copas de cristal de colores muy vivos, entre esas vitrinas había una que llamaba especialmente mi atención. La vitrina pequeña cerrada con llave y que dentro contenía al niño Jesús, acostado al interior de una urna de cristal, arropado por terciopelo rojo y vetas color oro, una maravilla!!!. A esto se sumaba la impronta misteriosa inyectada por mi abuela, que temerosa de algún destrozo había prohibido terminantemente que alguien tocase semejante reliquia.

Aquella tarde no pude soportar la tentación, ya saben la curiosidad es una pulsación que pocos pueden manejar, y para mi, que alcanzaba los cinco años era casi imposible. Estaban todos en el comedor, yo, sola en el living frente a esa vitrina que aparecía como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas.
Los grandes, conversaban animadamente y reían, sigilosamente di vuelta a la llave que no sé por que extraña razón permanecía riéndose de mi hace unas horas, la puerta se abrió lentamente y mi mano pequeña comenzó a temblar mientras rozaba el ataud ceremonial. Extasiada por la profanación olvidé incluso preocuparme de los pasos y antes que pudiera hacer algo, un golpe furioso en mi mano acabó con el viaje, mi abuela Rosa se transformó en el antagonista de mi propio cuento, a eso le siguió el llanto y la histeria colectiva. Mi joven tía Mónica, encaró la brutalidad de su madre y me cubrió con sus brazos, luego tomó mi mano y realizó un acto inconciente, me mostró uno a uno los objetos de esa vitrina, recalcando que ni uno sólo de ellos guardaba magía ni misterio alguno... Desde ese día, la misma vitrina que me hizo soñar con viajes en dorado y rojo, sólo pasó a ser eso, una vitrina con adornos...

Perséfone

10 comentarios:

Elizabeth en el pais de los desencantados dijo...

Que buen relato...se rotó un bolsillo...el que guarda los encantos, inmaculados afectos y efectos, la mano brutal adulterada que nos persigue hasta la adultez, y los brazos que a-Cogen la incomprensión y la vuelven un dulce de cariño. La Tía y La mano de la Abuela, un cuento de analogías en estos tiempos...

Claudia Trejos dijo...

Ya sé quien eres jajajajaja, pero mi afán con el misterio impide que diga tu nombre. Gracias por estar y gracias por leer.
Y si, la mano y el abrazo, una analogía que sabes comprender muy bien en estos tiempos.

abrazos

Claudia Trejos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Claudia Trejos dijo...

Uyyyyy la misteriosa, invita a tu blog será mejor, quizas que cochinas escribes que no lo puede ver una! jajajaja.

Elizabeth en el pais de los desencantados dijo...

...asì pues doña...en algùn lugar una debe depositar la imagtividad de las neumonas...y eso..hay que pensarlo antes de compartirlo...no se sabe cuanto puede afectar a otros tanta porqueria escrita...solo puedo decir que no te alejas de la realidad, no soy ingenuonta...pero hay aspectos que lo hacen parecer...quiero volver a sentir que tambièn soy rica,caliente,sucia,atrevida,paciente,lùdica,jugosa y primitiva...y eso...a veces provoca reacciones de las que no me harè cargo. Por las gracias...sè conjugar y aplicar muy bien el verbo.

Claudia Trejos dijo...

Guajajajajaja! NO QUIERO LEERLO! Nunca he sido curiosa señorita y menos con las liberaciones ajenas que son actos íntimos. Resguardarla es un camino que se aprende a porrazo limpio.
Ya todos sabemos de eso.
En todo caso, el escrutinio público le debe pesar a quien le importa, a los que escriben como un acto incontrolable no les importa un carajo.

Elizabeth en el pais de los desencantados dijo...

Me parece...a veces la vitrina es frágil al tacto…y el tacto falló...esta bien no ser curiosa ..es una buena cualidad...admito que este no es el lugar en el cual se prueba la capacidad lúdica...la falta de costumbre al escrutinio publico permite que convertir un personaje en realidad...admito la actitud errática de manifestarme en la vitrina con la desfachatez y vulgaridad expuesta…por lo cual evitare exponer cualquier otro comentario para no desviar el sentido sublime con el cual expones tus encantos…y absorberme dentro de la alcantarilla bañada en las palabras sórdidas que apuntan a un ser vulgar tal vez ofensivo…Disculpadme por no ser lo que soy…me comerè la lengua pues redimiré mi error para no ganarme el porrazo y quedarme con el tropiezo.

decidovivirsinlimites dijo...

plop.....¡¡¡¡¡¡mucho dolor woman smell....cuando tenemos dolores,penas,etc dignamente tendriamos que tomar de la mano al maravilloso hermitaño y alejarnos para aprender ....como los antiguos aborigenes. las miserias humanas hay que limpiarlas en casa en silencio.

es todo lo que quiero dijo...

Si...yo me acuerdo de esa vitrina . me cuerdo de las copas destellantes de mi abuelita Rosa, de lo bella que era su casa, del niño Jesús , que ella atesoraba en aquella vitrina, recuerdo que esa vitrina derrepente desapareció,y su final no fue el que desearia..,
bellos momentos , con aquellos viejos, que sin dudarlo nos Amaban, pero jamas olvidare las caricias de mi tata , que sin mentirte aun conservo como mio sus manuscritos y su baston, y lo mas mio su manta.
lo mejor de todo sin duda ..
es poder haber crecido con ustedes
los extraño a morir a todos. mi lela, tengo los mejores recuerdos de ella y de mi tio que sin negarlo lo llevo en mi mente y lo recuerdo cada vez que como un helado de piña con papayas... te amo prima ..

Claudia Trejos dijo...

Mil gracias Mariluz, ni siquiera quiero saber en que acabo todo eso de la vitrina! En cuanto al bastón que hermoso recuerdo, él era alto como un poste.... y sus manos parecían mapas de las gargantas del Yantsé, una maravila.
Yo tb les extraño a todos, pero especialmente a mi tía mónica, dale mi abrazo y un beso.